El daño de Boric a su sector

Hay desgaste, y profundo. Entre lo administrativo, gastos públicos exorbitantes que denotan ambición desmedida, edulcorada de aparente acción social, y capacidad técnica limitada de su gente  y lejos de ser apta para los puestos requeridos, han hecho que Gabriel Boric careciera de condiciones idóneas de gobernar, y ha reflejado encabezar un grupo que de activistas no pasan, y devenidos en funcionarios express.

Esto ha llenado de ansiedad al mandatario y promovido su pulsión insistente de iniciar su propia carrera personal como si se tratara de una agenda que incluye reuniones internacionales, comentarios esporádicos y una serie de cosas que poco tienen que ver con dirigir los destinos del país en estos últimos 120 dias, de copar posiciones y no de implementar su ideología que alguna vez él mismo catalogó que se encontraba a la izquierda del PC; claro, es autonomista, una corriente que cruza el anarquismo con el marxismo libertario, como lo fuera teorizando el italiano Antonio Negri, uno de sus máximos exponentes, dejando su pensamiento en la revista Classe Operaia a mediados de los 60s como respuesta al autoritarismo en distintas partes del mundo, como el de la China de Mao y los comunismos de esa línea más ortodoxa.

Hemos visto falta de equipos especializados en todas las materias, titulismo de la militancia otorgado por los compañeros de ruta instalados en la Academia, pero que han demostraron insuficiencia a la hora de gobernar; hasta su margen de maniobra y poder de negociación es paupérrimo, Boric fue incapaz de mantener lo único sensato y que podía significar el equilibrio de fuerzas, darle más relevancia a la socialdemocracia y lograr que llevara agua a su molino como aliada, aunque fuera circunstancial; más que mal, ha sido la fórmula de centro izquierda más exitosa del siglo XX y del 2000 en adelante en el mundo. Pero ni eso le importó en la práctica.

Boric desechó cualquier esfuerzo de apoyar a la abanderada de su sector, Jeannette Jara y se enfocó en alimentar su pretendido prestigio en el exterior, aunque esto reviste un sinfín de dudas y débilmente sostenido con ataques esquizofrénicos a Trump, opinando de política internacional con un asombroso desconocimiento. La verdad es que le ha hecho mucho más daño a su gente que el que criticaba a sus antecesores como Eduardo Frei, Ricardo Lagos e incluso a Bachelet cuando en su calidad de presidente de la FECH en 2011 emplazaba a esta última: «Pese a su liderazgo, y como segura candidata de la Concertación, no ha dicho nada sobre el conflicto social más importante de Chile en los últimos veinte años. ¿Esperan que le tengamos una alfombra roja cuando vuelva?», dijo el presidente de la Fech”. El supuesto conflicto del que hablaba Boric era la justificación perfecta para erigir el proyecto Frente Amplio.

Con el tiempo la actitud de Gabriel fue cambiando, probablemente le sugirieron que dejara de disparar fuego amigo, porque al frente estaba surgiendo una derecha que estaba capitalizando estos errores y conflictos internos de la izquierda más radical; el líder del Frente Amplio entre otras volteretas ya conocidas, decidió darle todo su apoyo a la ex comandante Claudia, como era conocida cuando era militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), en la fracasada incursión por la secretaría general de la ONU.

El partido comunista parece robustecido respecto de sus compañeros de ruta, pero también es cierto que los niveles de rechazo de parte de la gente son altísimos, debido a su prontuario como partido antidemocrático, su conocido modus operandi de llegar al poder gracias al uso de procesos electorales pero una vez conseguido el poder, imponen su voluntad de espaldas a las personas. Es imposible hoy con las tecnologías de la información esconder, siquiera tergiversar, los hechos de un partido que tiene las manos manchadas de sangre con el asesinato de más de 130 millones de personas, que ha castrado la libertad a todos los pueblos donde ha llegado y violado sistemáticamente los derechos humanos.

Volviendo al Frente Amplio, otra de las mentiras de esta juventud “dorada” (más por el dinero que han capturado que por sus aptitudes y vocación de servicio), es su falsa importancia acerca de la educación, el bastión de lucha que argumentaban en su ideario en los últimos años; solo apelan a cuestiones económicas como el CAE (crédito con aval del Estado) y enredar la discusión pública sin querer proponer soluciones técnicas y de coordinación entre los diferentes actores, falta de objetivos bien trazados y de seguimiento a un plan de trabajo donde exista compromiso real de las partes; pero como es costumbre de parte de ellos, no encontramos nada sustantivo en buscar una mejor formación para los niños y jóvenes. Es tan politizado su accionar que su foco siempre ha sido el sector universitario, fácil de entenderlo porque ahí se encuentra la masa votante y militante susceptible de unir a sus filas, lo que demuestra el carácter contestatario de los otrora “jóvenes con sensibilidad social”. Los costos a pagar por esta osadía revolucionaria, que tomó por sorpresa a una ciudadanía que se preparaba para salir del subdesarrollo en 2019 con su esfuerzo y sacrificio, y una derecha que siempre ha despreciado la ideología en términos generales (como si las ideas no se manifestaran en logos) y que por tanto no monitorió el proceso y entregó lo poco que tenía como capital político; todo ello derivó en tener una generación engañada en la retórica de la igualdad en educación y otros temas como el medioambiental y la salud, haciendo ver que los 30 años anteriores fueron una estafa, cuando a todas luces el proceso chileno ha sido catalogado como exitoso en cuanto desarrollo social y económico se trataba. 

La izquierda estos últimos seis años ha ido perdiendo terreno, pero no porque la derecha haya hecho mucho, en eso tenemos que ser honestos, principalmente se debe a que los conflictos internos entre frenteamplistas y comunistas ya estaban llegando a niveles poco soportables para ambos, los roces por cuoteos en cargos de gobierno, definir cuál es la coalición que debe liderar, la discursividad frente a sus adversarios, y pasadas de cuenta mutua han llevado, sumado al descontrol de la inmigracion y de la delincuencia, que se vieran superados en el manejo de la administración del gobierno. 

La disputa es tanto o más sangrienta que en la derecha, que si bien es verdad estamos en presencia de un agitado reemplazo de liderazgo que propone el bloque conformado por José Antonio Kast y Johannes Kaiser, frente al proyecto desgastado de Chilevamos que ha sido el principal causante del avance de la izquierda en los últimos años; esta última ya ha dejado a la deriva a la candidata comunista Jara porque dentro del Frente Amplio ahora se rechaza, aunque no totalmente, el modelo “arriba-abajo” de clases, es decir, poderosos-reprimidos, ese que llevó al comunismo al poder durante el siglo XX; los anarcocomunistas hijos del mayo del 68, de la escuela de Frankfurt y de los Negri han respondido a la ortodoxia marxista, no quieren volver a ese modelo, a sus ojos de características represivas; ellos quieren pasar al siguiente nivel de la avanzada deconstrucción y eso implica un cambio de piel que puede ser doloroso, pero muy necesario para la consolidación de sus ideas. Solo un ejemplo, en el debate de Anatel el lunes 10 de noviembre, el activista simpatizante del Frente Amplio, amigo de Gabriel Boric y periodista, Daniel Matamala, le enrostra a la candidata comunista haber aumentado el desempleo cuando ella era ministra del Trabajo, haber apoyado los retiros de las AFPs y que ello arrastró niveles de inflación que ocasionó parte de su gestión en la cartera; esta actitud periodística muestra tal pugna que está lejos de subsanarse y ha pasado al terreno del intercambio de culpas de manera deliberativa.

Afortunadamente para el destino de nuestro país, la gente ha entendido esa insurrección izquierdista como una completa patraña sin sustento real, y ha canalizado su descontento con propuestas políticas que den solución, haciendo la salvedad del carácter de emergencia, ya que se requerirá mucho más para volver a la estabilidad de Chile, y esto se verá reflejado en el castigo electoral que sufrirán en unos días más, buscando retomar el camino que puede llevar al desarrollo y haciendo realidad el sueño de la gran mayoría de los chilenos de superar muchas de sus dificultades. ¿Será que ni Gabriel ni Jara encarnan el proyecto opositor al próximo gobierno, entonces, se desatará el repliegue controlado o una anarquía interna difícilmente de contener?. Ya lo veremos.