
Lo importante es el mensaje
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En estos tiempos de hiperconectividad donde la comunicación es de una complejidad nunca antes vista, resulta fundamental generar canales, estrategias, modos de lenguaje adaptativos para enviar un mensaje; en política no es la excepción, incluso, se agudiza este elemento, y se lleva al terreno como si se tratase de un asunto bélico. Vimos con horror el asesinato hace unos días de Charly Kirk, el que no es un hecho aislado ni de un desquiciado sin control (que interviene el factor psiquiatrico claro, pero no es determinante), por su gravedad, pero por sobre todo devela un modus operandi de un sector político, que superado por la convocatoria que tienen las ideas de libertad y de defensa de los valores cristianos, bienes sumamente escasos en estos días, deciden accionar respecto de ello. ¿impotencia de la izquierda? para nada, no se puede actuar por impotencia y de manera racional al mismo tiempo, resulta un oxímoron; el primero obedece a una pulsión casi incontenida, dominada por sentimientos contradictorios y erráticos; la segunda es parte de una estrategia que se mide, equilibran sus pros y contras, y que además tiene una estratificación a nivel del estado profundo, tal como una operación de inteligencia, porque eso es.
Usted podrá haber oído de muchos posibles autores, que los grupos extremistas judíos a los cuales Kirk mencionó en uno de sus videos como responsables del auge del progresismo en diferentes actividades en EEUU en los ultimos meses, aunque matizó diciendo que no quería generalizar; otros grupos sospechosos son los colectivos progresistas cada vez más profesionalizados, con más recursos y respaldo de una juventud cada día más agresiva y sin encontrar un sentido a la vida; hasta los movimientos pro palestina tienen lineas dedicadas al asunto.
Lo cierto es que cabe hacerse la pregunta: ¿será que pueden estar actuando todos a la vez con el mismo objetivo? bueno es plausible esta hipótesis, y si agregamos que anarquistas de toda la vida en todas las naciones buscan el combustible necesario y mezclarlo con acelerante para cualquier conflicto, incluso cuando en muchísimos casos ya se han logrado acuerdos de paz, solo por nombrar dos casos, el del primer ministro israelí Isaac Rabin en 1995 quien recibió tres balas de un sector indignado de colonos israelíes, y el caso de Anwar el-Sadat que fue asesinado por miembros de la Yihad Islámica Egyptia debido a su política de paz con Israel en 1981; otras veces son prominentes líderes de opinión que molestan a los grupos subversivos por el alcance que van experimentando, generando políticas y movimientos sociales capaces de realizar cambios importantes; en latinoamérica tenemos lamentables ejemplos recientes, el senador Miguel Uribe Turbay (39) en Colombia el pasado junio y el candidato presidencial a Ecuador, Fernando Villavicencio en agosto de 2023.
No resulta complejo aseverar, con los cambios observados de la sociedad provocados por la secularización y la escisión de la familia del centro espiritual de la vida cotidiana, que existan personas que decepcionadas del mundo, hartos de su situaciones personales, tomen decisiones drásticas y profesen el odio a los que designan culpables de su desgracia; algo nada nuevo por cierto, siempre los ha habido en la historia de la humanidad, pero tambien contamos con aquellos que, con capacidades por sobre la media, con habilidades que les permiten canalizar esas rabias, esos sentimientos oscuros y que los convierten con retorcida destreza en ayuda a causas, segun ellos, más convocantes, “sociales”, “justas” y “dignas”; solo hay que buscar los denominadores comunes y consignas adecuadas para que sean inteligibles para la masa, la cual intentan conducir para la consecución de sus propósitos. Esta última es la función que desempeñan el comunismo y sus facciones que logran muchas veces penetrar hasta las profundidades de una sociedad que se ve violentada y transgredida en sus valores, tradiciones y sobre todo sus principios fundamentales.
Parece irremediable acusar recibo frente a tales ataques y responder con información procesada de manera adecuada y con máxima voluntad, esa que podemos pedir a Dios, y que nos impulsa desde la conceptualización de un mundo mejor llevándonos a la acción misma, tal como nos los recuerda San Pablo en su epístola a los Filipenses: «Por último, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo que es noble, todo lo que es justo, todo lo que es puro, todo lo que es amable, todo lo que es honorable, todo lo que es bueno en virtud humana y en alabanza, esto es lo que debe preocuparles.».